A veces, encontrar el amor no es suficiente para ser feliz. Harriet Allister lo sabe muy bien. Después de un matrimonio por amor que estuvo plagado de mentiras y sufrimiento, y que terminó con la trágica muerte de su esposo en un accidente, decide abandonar Inglaterra. En Italia conoce a Pietro Falivene, un aristócrata que la ayuda a descubrir en su interior a una mujer mundana, frívola y coqueta, con el poder de volver locos a los hombres. Pero una carta avisándola de la grave enfermedad que padece su padre, la impulsa a volver a su país.
Mitchell Allister, lord Greencastle, conde de Hortbock, casi no reconoce a su cuñada Harriet cuando se presenta de improviso en su casa de Londres con la intención de quedarse allí para la Temporada. La joven tímida y recatada que se había casado con su hermano Percy se ha convertido en una seductora mujer que consigue que los hombres caigan a sus pies con un simple aleteo de pestañas. Enamorado en secreto de ella desde muchos años atrás, se debate entre el deseo de hacerla suya y el sentido del honor que se lo impide.
Pero Harriet ya no es una muchacha inocente, y cuando el pasado disoluto que creyó abandonar en Italia amenaza con hacerse público en la rígida alta sociedad londinense, ha de tomar una decisión: someterse a la voluntad del chantajista, o pedir ayuda a Mitchell, el hombre del que se está enamorando, arriesgándose a que la desprecie.
Título: La viuda alegre.
Autor: D.W. Nichols.
Género: Romántica Histórica (Regencia)
Páginas: 212
Formato: Digital.
Precio: 2'68 €
Blog de D.W. Nichols: http://dwnichols.blogspot.com.es/
El 30 de noviembre, salió a la venta la nueva y esperada novela de la escritora D.W. Nichols "La Viuda Alegre", de momento estará solo en digital (epud) aunque se espera que también salga en papel muy pronto. Nichols, hasta ahora conocida por sus novelas eróticas, como la saga Kargul, y las paranormales, ha dado un cambio radical con "La Viuda Alegre" ya que se ha metido de lleno con la historica-regencia.
Pero dejemos que ella misma nos explique como ha sido este proyecto...
Estoy de los nervios, es como si fuera mi primer retoño, como si lo que he escrito hasta ahora no existiese, ¡ha sido tan brutal el cambio que he tenido que hacer! He intentado mantener mi estilo habitual, pero claro, recortando al 0% todas esas expresiones de hoy en día que suelo utilizar. Eso ha supuesto un esfuerzo extra, el tener que adaptar mi lenguaje, normalmente coloquial, a algo más elegante y acorde con la época en que transcurre la historia. ¡Pero no os preocupéis! Por Dios, que no he utilizado castellano antiguo jajaja
Creo que lo que más me ha costado, y no sé si lo he conseguido, han sido los diálogos. Mis personajes suelen usar tacos, sobre todo cuando se cabrean o están exaltados negativamente, y he tenido que tirar de mis propias riendas para cortarme pues no quedaría nada bien a todo un conde inglés de la época de la regencia, usando expresiones del tipo «me cago en...» o «no me jodas».
Por eso estoy nerviosa, porque no sé si he conseguido lo que me proponía, y eso era escribir una historia de amor en la época de la regencia escrita con elegancia pero emotiva. Quizá me he puesto el listón muy alto (no por nada mis autoras preferidas de regencia son Lisa Kleypas y Loretta Chase), pero soy tan cabezota que cuando me pongo en algo, no me queda otra que, por lo menos, intentar hacerlo lo mejor posible. Ahora, a esperar las reseñas y vuestros comentarios mientras me muerdo las uñas...
¿Qué nos vamos a encontrar al leer tu novela?
Una historia de amor, celos, intriga, pasión, humor, dolor, esperanza, honor... Concretando, una novela romántica que contiene un poco de todo.
¿Te has tenido que documentar al ser histórica?
Por supuesto, para escribir una novela histórica SIEMPRE es necesario documentarse, y en muchos aspectos. No solo son importantes los hechos, sino también las costumbres, los lugares a los que se hace referencia, la ropa que se usaba, objetos, etc., etc. Si se quiere hacer un buen trabajo hay que hacerlo así. Por ejemplo, el tipo de carruaje en el que el marido de la protagonista tiene el accidente que le cuesta la vida. Al principio usé el tílburi porque lo habían nombrado en algunas novelas que he leído, pero después, investigando, descubrí que el carruaje por excelencia que se utilizaba en aquella época para hacer carreras, y que resultaba muy peligroso por su poca estabilidad, era el curricle.
Una historia de amor, celos, intriga, pasión, humor, dolor, esperanza, honor... Concretando, una novela romántica que contiene un poco de todo.
¿Te has tenido que documentar al ser histórica?
Por supuesto, para escribir una novela histórica SIEMPRE es necesario documentarse, y en muchos aspectos. No solo son importantes los hechos, sino también las costumbres, los lugares a los que se hace referencia, la ropa que se usaba, objetos, etc., etc. Si se quiere hacer un buen trabajo hay que hacerlo así. Por ejemplo, el tipo de carruaje en el que el marido de la protagonista tiene el accidente que le cuesta la vida. Al principio usé el tílburi porque lo habían nombrado en algunas novelas que he leído, pero después, investigando, descubrí que el carruaje por excelencia que se utilizaba en aquella época para hacer carreras, y que resultaba muy peligroso por su poca estabilidad, era el curricle.
¿A qué tipo de lectores va dirigida?
A cualquiera que le guste el género romántico, y en particular a las personas que disfrutan de trasladarse con la lectura al Londres de principios del siglo diecinueve.
A cualquiera que le guste el género romántico, y en particular a las personas que disfrutan de trasladarse con la lectura al Londres de principios del siglo diecinueve.
Nos presentas a los personajes. Lo mejor y peor de cada uno.
Mitchell es un hombre con un alto sentido del honor, que durante años ha tenido que mantener ocultos los sentimientos que tiene por su cuñada Harriet, y que cuando vuelve a encontrarse con ella dos años después del fallecimiento de su hermano, no puede resistir la tentación de seducir y dejarse seducir por ella, con la esperanza de conseguir enamorarla. Lo mejor, es su sentido del honor. Lo peor son los celos, la inseguridad, que hace que a veces diga cosas que no debe.
Harriet se casó por amor siendo una joven de diecisiete años, y después de quedarse viuda y de descubrir todas los engaños de su difunto marido, siente que ha vivido una mentira y necesita huir de Inglaterra y redescubrirse a sí misma. Cuando vuelve, lo hace decidida a no dejarse enredar de nuevo en un matrimonio. Lo mejor de ella es la fuerza interior, su independencia, conseguida a base de los golpes que le ha dado la vida. Lo peor, su cabezonería y su orgullo, que hace que le cueste pedir ayuda cuando la necesita, y es lo que la mete en el mayor lío de su vida.
¿Cómo definirías la historia de amor de los protagonistas?
Intensa en todos los aspectos, sobre todo a consecuencia de los vaivenes que tienen ambos personajes.
¿Hay algún otro personaje, aparte de los protagonistas, de especial relevancia en la historia?
David Knowles, sin lugar a dudas. Ha sido un personaje secundario que empezó teniendo una simple aparición, y se convirtió en el protagonista de una historia secundaria que se desarrolla al mismo tiempo que la principal, y que a punto estuvo de ganarle el protagonismo.
Nos regalas una escena para abrir boca…
Mitchell es un hombre con un alto sentido del honor, que durante años ha tenido que mantener ocultos los sentimientos que tiene por su cuñada Harriet, y que cuando vuelve a encontrarse con ella dos años después del fallecimiento de su hermano, no puede resistir la tentación de seducir y dejarse seducir por ella, con la esperanza de conseguir enamorarla. Lo mejor, es su sentido del honor. Lo peor son los celos, la inseguridad, que hace que a veces diga cosas que no debe.
Harriet se casó por amor siendo una joven de diecisiete años, y después de quedarse viuda y de descubrir todas los engaños de su difunto marido, siente que ha vivido una mentira y necesita huir de Inglaterra y redescubrirse a sí misma. Cuando vuelve, lo hace decidida a no dejarse enredar de nuevo en un matrimonio. Lo mejor de ella es la fuerza interior, su independencia, conseguida a base de los golpes que le ha dado la vida. Lo peor, su cabezonería y su orgullo, que hace que le cueste pedir ayuda cuando la necesita, y es lo que la mete en el mayor lío de su vida.
¿Cómo definirías la historia de amor de los protagonistas?
Intensa en todos los aspectos, sobre todo a consecuencia de los vaivenes que tienen ambos personajes.
¿Hay algún otro personaje, aparte de los protagonistas, de especial relevancia en la historia?
David Knowles, sin lugar a dudas. Ha sido un personaje secundario que empezó teniendo una simple aparición, y se convirtió en el protagonista de una historia secundaria que se desarrolla al mismo tiempo que la principal, y que a punto estuvo de ganarle el protagonismo.
—¿Queda alguna parte de la vieja Harriet? —le preguntó sin darse cuenta de lo que hacía. Fue un simple murmullo, pero la cercanía de sus rostros al bailar provocó que ella lo oyese.
Ella lo miró sorprendida por el tono de melancolía que surgió de sus palabras, como si sintiese pena por su transformación.
—Me gusta pensar que lo mejor de mí misma sigue estando ahí. Mi corazón es el mismo, Mitchell, solo que más fuerte y seguro, y con un envoltorio algo cambiado.
—Un envoltorio delicioso y sumamente atractivo.
Los ojos de Mitchell brillaron al decirlo, y Harriet sonrió con coquetería. ¿Sería posible que su cuñado la encontrase atractiva? Eso estaría bien, porque él a ella le parecía muy apuesto y sensual, con esos labios jugosos y la mirada penetrante. Alguien digno a tener en cuenta cuando decidiese buscar un amante que sustituyese al ausente conde Potenza.
—Las sedas y las gasas hacen milagros.
Mitchell la miraba fijamente. Había esperado encontrar un ligero tono rosado en sus mejillas cuando la halagó, pero ella aceptó el cumplido sin sonrojarse.
—No son solo las sedas y las gasas —contestó—. Eres toda tú. La forma que tienes ahora de caminar, o de sonreír. Cuando diriges la mirada hacia un hombre, lo haces temblar de pies a cabeza. Es como si prometieras el paraíso con un solo aleteo de tus pestañas.
Ahora sí apareció el rubor, y Harriet apartó la mirada de los ojos de Mitchell, sorprendida por el rumbo que estaba tomando la conversación.
—¿Está coqueteando conmigo, milord? —bromeó intentando disimular su turbación.
—Absolutamente sí, lady Allister.
Harriet frunció los labios en un gesto sumamente sensual y provocativo.
—No sé si sentirme halagada u ofendida. Jamás coqueteaste conmigo antes, cuando era un ratoncito de campo.
La sonrisa de Mitchell murió en sus labios, y Harriet, horrorizada, se dio cuenta de lo que había dicho.
—Jamás me habría atrevido en vida de mi hermano.
—Lo sé. Siento mucho lo que he dicho. Por un instante olvidé que…
—Que en esa época, estabas casada con Percy.
Ella lo miró sorprendida por el tono de melancolía que surgió de sus palabras, como si sintiese pena por su transformación.
—Me gusta pensar que lo mejor de mí misma sigue estando ahí. Mi corazón es el mismo, Mitchell, solo que más fuerte y seguro, y con un envoltorio algo cambiado.
—Un envoltorio delicioso y sumamente atractivo.
Los ojos de Mitchell brillaron al decirlo, y Harriet sonrió con coquetería. ¿Sería posible que su cuñado la encontrase atractiva? Eso estaría bien, porque él a ella le parecía muy apuesto y sensual, con esos labios jugosos y la mirada penetrante. Alguien digno a tener en cuenta cuando decidiese buscar un amante que sustituyese al ausente conde Potenza.
—Las sedas y las gasas hacen milagros.
Mitchell la miraba fijamente. Había esperado encontrar un ligero tono rosado en sus mejillas cuando la halagó, pero ella aceptó el cumplido sin sonrojarse.
—No son solo las sedas y las gasas —contestó—. Eres toda tú. La forma que tienes ahora de caminar, o de sonreír. Cuando diriges la mirada hacia un hombre, lo haces temblar de pies a cabeza. Es como si prometieras el paraíso con un solo aleteo de tus pestañas.
Ahora sí apareció el rubor, y Harriet apartó la mirada de los ojos de Mitchell, sorprendida por el rumbo que estaba tomando la conversación.
—¿Está coqueteando conmigo, milord? —bromeó intentando disimular su turbación.
—Absolutamente sí, lady Allister.
Harriet frunció los labios en un gesto sumamente sensual y provocativo.
—No sé si sentirme halagada u ofendida. Jamás coqueteaste conmigo antes, cuando era un ratoncito de campo.
La sonrisa de Mitchell murió en sus labios, y Harriet, horrorizada, se dio cuenta de lo que había dicho.
—Jamás me habría atrevido en vida de mi hermano.
—Lo sé. Siento mucho lo que he dicho. Por un instante olvidé que…
—Que en esa época, estabas casada con Percy.
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¡¡FELIZ LECTURA!!
Tiene muy buena pinta, me lo apunto. Y la autora parece de lo mas maja.
ResponderEliminarSaludos
¡Muchísimas gracias Yoli! Eres un cieloooooooooo. Muaks.
ResponderEliminartiene muy buena pinta y la portada es chulisimaaa... apuntadoooooooo
ResponderEliminarVoy por la mitad y me está encantando!!! No quiero que acabe!!! Esta escritora ne ha cautivado con todovlo que ha escrito y con esta novela lo está haciendo igual.....te mete en los personajes viviendo la historia como si fuera la tuya......genial Yolanda!! Te felicito !! Y a la escritora igual,besotes a las dos!!!
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