Lucía de Vicente nos presenta "Tras la estela de un sueño" (Premio Vergara 2018)

Nicolás es un niño que, con solo tres años, es abandonado por su madre en la sala de urgencias de un hospital. Su sueño es curarse y encontrar unos padres que le quieran de verdad.

Rafael Monclús, es el abogado de la Fundación Ángeles Olvidados, un Centro de Acogida para niños abandonados que tiene bajo su tutela a Niki. Su sueño es encontrar una familia que lo adopte, ya que está muy encariñado con el menor. Pero él no confía en las mujeres; la suya le abandonó cuando Paula, su hija, solo contaba seis meses, dejándola a su único cuidado.

Cristina Losada, es ingeniera informática. Y, mientras diseña la Página Web de Ángeles Olvidados, se entera, por casualidad, de la existencia de Niki, con quien establece contacto a pesar de la oposición del abogado. Su sueño es que Niki supere su enfermedad para poder adoptarle legalmente, pero un juez corrupto parece no estar muy de acuerdo con sus pretensiones.

¿Alcanzarán los tres sus respectivos sueños, convirtiéndolos en uno solo?

Una novela que huye del drama y está repleta de sentimientos y sentido del humor. Una llamada a la esperanza aun en las peores circunstancias de la vida.

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Hoy vamos a hablar con Lucía de Vincente que nos va a contar algunas cositas de su último trabajo, ganador del Premio Vergara 2018, "Tras la estela de un sueño".

Lucía de Vicente

Primero, muchas gracias por estar aquí, y muchas felicidades, has sido la ganadora del Premio Vergara RNR de 2018 con esta novela, ¿Cómo fue el proceso de presentarla al premio? Y ¿qué sentiste cuando supiste que había ganado tu historia?

El proceso fue, lo de siempre; una mezcla de “no sé qué hacer”, porque me gustaría ganarlo y de “para qué”, si no voy a ganarlo… Y mientras, por detrás, una legión de allegados que te dicen que sí, que te presentes, que eres “maravillosa y escribes como los mismos ángeles”. Algo que tú sabes que no es cierto y que, aunque lo dicen de todo corazón, es porque están influenciados por el cariño. Pero al final, después de muchos tiras y aflojas, como buena Aries que soy, un día me levanté y decidí tirarme a la piscina sin mirar si tenía agua o estaba vacía, así que no lo pensé más —porque si lo hago no lo envío jamás—y lo mandé al concurso.

Lo que sentí cuando recibí la noticia es… indescriptible. Al principio era como si eso no me estuviera ocurriendo a mí, lo vivía como desde fuera de mi cuerpo, pero poco a poco fui interiorizarlo y empecé a llorar como una idiota, emocionada perdida. Supongo que en algún momento habría soñado con ganar, porque en caso contrario no hubiera enviado el manuscrito, pero nunca creí de corazón que fuera a hacerlo. Soy un poco derrotista y muy perfeccionista, por lo que pienso que a mí nunca me van a ocurrir este tipo de cosas, porque cualquiera lo hace mil veces mejor que yo.

¿Qué nos vamos a encontrar al leer tu novela?

La historia de una pareja cuyo romance se ve impulsado por los avatares de la enfermedad, recuperación y proceso de adopción de un niño de cinco años que, abandonado por su madre dos años atrás en la sala de urgencias de un hospital, está bajo la tutela de la administración pública y vive en una casa de acogida. Un proceso de adopción que se verá dificultado al tratarse de una adopción monoparental por parte de la protagonista y que está completamente empañado por la sórdida historia de un juez corrupto, del que el protagonista masculino está empeñado en descubrir qué es lo que oculta.

Cuando escribes, ¿sigues fiel la idea original o los personajes toman su propio camino?

Soy, lo que se llama, una “escritora de mapa”. Es decir, defino, creo y pienso la historia general e individual de cada personaje antes de empezar a escribir, para lo que me hago una estructura bastante férrea, a la que procuro adaptarme en todo el proceso. No obstante, es inevitable que durante la escritura los personajes y las tramas se vayan revelando ante mis propios ojos y me enseñen otros caminos. Caminos que jamás me niego a explorar, así que en muchas ocasiones se me abre un panorama tan atractivo, que no puedo dejar de seguir. Eso sí, antes de “recalcular la ruta” —como en los navegadores—, corrijo la estructura de cabo a rabo y vuelvo a ceñirme a ella hasta que me encuentro con algún otro cruce de caminos.

¿Tenías claros todos los personajes desde el principio, o alguno que no esperabas se “coló” en tu historia?

Tenía todos los personajes muy claros desde el principio. Sin embargo, el papel de Alex —el amigo policía del protagonista—, que iba a ser meramente coral, tomó un fuerte protagonismo sin que apenas me diera cuenta de ello. Tanto es así que, dado que al mismo tiempo estaba estructurando ya mi próxima novela, decidí que el protagonista de ella fuera él, puesto que la historia de vida que creé para Alex me parecía que sería una gran pérdida si no se explotaba hasta el final. ¡Y eso que yo no soy amiga de series ni sagas!

¿Hay algún personaje al que quieras (o todo lo contrario) especialmente?

Quiero (u odio, ya sea “malo” o “bueno”) por igual a todos mis personajes. En cada novela todos ellos son importantes e insustituibles, por lo que no sería capaz de prescindir de ninguno de ellos, y tampoco podría elegir a ninguno para salvar de una quema.

¿Ha habido alguna escena que te haya sido difícil de escribir?

Todas y ninguna. A veces me quedo enganchada en una escena, y da igual que sea dura, sencilla, incómoda, erótica… El caso es que en hay momentos en los que no soy capaz de ver la vía de escape de una situación cualquiera. Pero tengo un truco, cuando eso me ocurre dejo de escribir y cierro el archivo. Lo dejo dormir. Luego, cuando lo abro al cabo de unas horas o días, suele salir sola y todo fluye. Lo malo es que, en ocasiones, lo que ha salido no me gusta y tengo que volver a reescribir, pero eso no me importa demasiado. No soy perezosa para reescribir ni me cuesta borrar. Creo que todo depende de mi estado de ánimo, no de la escena en sí misma.

¿A qué tipo de lectores va dirigida?

A adultos de ambos géneros. ¿Por qué tengo yo que poner puertas al campo? Cada cual que lea lo que le guste, sea el tipo de lector que sea, y si al final no le convence lo que está leyendo, que lo aparque, aunque sea la mía, y se ponga con otra novela.

Nos presentas a los personajes principales, lo mejor y peor de cada uno.

Ella es Cristina Losada, una ingeniera informática de 30 años para quien su trabajo es la prioridad de su vida, ya que tras la ruptura con su anterior compañero sentimental no ha sentido la “llamada de la naturaleza” y no tiene ninguna prisa por convertirse en madre. Pero un día, por azares del destino, conoce a Niki y de pronto todos sus esfuerzos irán destinados, primero a salvar la vida a ese niño, lo que conseguirá al donarle su médula ósea, y después en intentar adoptarlo, a pesar de los problemas que trae consigo enfrentarse a una adopción monoparental y a las trabas que le pondrá su tutor legal: Rafael Monclús.

Él es Rafael Monclús, un hombre que ha tenido muy mala experiencia con el amor; la madre de su hija Paula lo abandonó cuando la niña solo tenía seis meses para poder crecer en su carrera profesional. Desde entonces desconfía de cualquier mujer que se sienta realizada con su trabajo y solo vive para su hija y para un puñado de niños acogidos en la Fundación Ángeles Olvidados, para la que trabaja como abogado. Pero a pesar de todo, es una persona cariñosa y empática que sabe reconocer sus equivocaciones y que no duda en luchar para conseguir lo que desea. Por supuesto, llegará un punto en que lo que más desee será a Cristina.

Niki es un niño de cinco años que lucha desde los tres contra una leucemia que lo va debilitando poco a poco, sin más cariño que el que pueda ofrecerle Rafa, ya que es su tutor como representante legal de la Fundación que lo tiene en régimen de acogida. Su madre lo abandonó en la sala de urgencias del hospital y no tiene padre reconocido, así que el mayor sueño del pequeño es conseguir una mamá que lo quiera de verdad y ponerse bien para poder jugar con ella y su nueva familia.

¿Qué nos puedes contar de los secundarios?

Los secundarios son eso: secundarios. Ya hay quien me ha pedido la historia de Santiago Castro, el oncólogo de Niki, o de Alex Martin, el amigo policía de Rafa, pero yo opino que el trabajo de estos personajes no es otro que el de acompañar a los protagonistas en su historia y hacerlos avanzar, así que aunque a veces se me vaya de las manos, procuro no darles demasiado protagonismo. Sin embargo, además de estos dos que acabo de nombrar, contamos con un buen reparto en esta novela: Tess, la amante de Rafa hasta que conoce a Cris —que, por cierto, terminará convirtiéndose en íntima amiga de esta—; Carol, la hermana de Cristina; Ana, su madre; Manoli, la madre de Rafa… Y bueno, hay más, pero mejor los vayáis descubriendo vosotras. La aparición de todos ellos tienen un porqué en esta historia, ya lo iréis viendo.

¿Cómo definirías la historia de amor de los protagonistas?

Es una relación muy normal, como la que podríamos tener cualquiera de nosotros cuando nos enamoramos. Un amor correspondido por ambas partes que se enfrenta a la convivencia y a los inconvenientes del día a día. No hay malentendidos absurdos que quedan esclarecidos en la última página, típicos de la novela romántica de hace años, sino que será todo lo que les rodea, los problemas de la vida, acrecentados por la existencia de dos niños de cinco años —Niki y Paula, la hija de Rafa—, los que les pongan la zancadilla. Pero sus sentimientos están claros desde el primer momento y nunca serán puestos a debate después de que decidan concedérselos el uno al otro.

¿Alguna curiosidad?

Yo no tengo ninguna, conozco muy bien mi novela, pero espero que los lectores tengan tantas que no puedan dejar el libro hasta llegar a la última página, jajajaja. En serio, no se me ocurre nada, pero si alguien tiene alguna, que no deje de ponerse en contacto conmigo y le contestaré encantada. Mis perfiles en redes sociales son públicos.

¿Qué proyectos tienes ahora entre manos?

Una novela que, como siempre, será autoconclusiva y en la que trataré de abordar dos temas sociales que me preocupan: el expolio de obras de arte y la amenaza yihadista para occidente. Una historia que se desarrollará en Turquía y en la que pretendo recuperar un poco el trasfondo de thriller de aventura de “Cuando pase la tormenta”. 

Y sí, para las que ya hayáis leído la novela, no sigáis insistiendo… Por una vez en la vida voy a ser infiel a mis preceptos: el protagonista de mi próxima novela es Alex Martín, uno de los secundarios de “Tras la estela de un sueño”.

Nos regalas una escena para abrir boca… 

Pues para abrir boca lo mejor es el principio, así que os recomiendo pasaros por mi web y leer el prólogo y los primeros capítulos que tengo allí subidos… 

https://www.luciadevicente.com/blank-dlndf

Además, Lucía de Vicente estará firmando ejemplares este 23 de abril, en Sant Jordi, en Barcelona... si la quieres conocer, charlar con ella o que te firme tu ejemplar no dudes en ir a verla... 

Muchas gracias, Yolanda, por tu entrevista y muchas gracias a las lectoras por dedicarme este tiempo. Espero que os guste mi. novela y cuento con que me hagáis saber vuestras impresiones y comentarios a través de las redes sociales o mi página web. Me encantará conocerlas y comentarlas con todas vosotras. Un beso enorme!

Lucía, muchas gracias a tí por todo, con lo que nos has contado estoy deseando leer esta novela y te deseamos todo el éxito posible, Un beso!


Chicas/os, en unos días sortearemos, para celebrar Sant Jordi, un ejemplar de esta maravillosa novela, ¡estad atentos! (un requisito será haber leído esta entrevista y haberla comentado)